
No han sido pocas las polémicas que se han levantado en la calle (y más con la que está cayendo) en torno a la desorbitada cifra que el Real Madrid está dispuesto a pagar a su nueva estrella portuguesa. No es de extrañar con estos salarios que se manejan en el mundo del fútbol que si a alguien le preguntasen en qué le gustaría trabajar, probablemente, un alto porcentaje de los encuestados varones respondería: ¡Futbolista! Esto tiene una explicación que se aleja de la propia labor de un jugador de futbol profesional. Guste o no, parezca justo o no, los salarios de los futbolistas son sumamente elevados. Y, como casi todo en esta vida, tiene una explicación.
Podemos empezar con un ejemplo para aclararlo: un fontanero, al realizar su trabajo, es capaz de atender a un número determinado de personas durante su jornada laboral. Un futbolista, por su parte, es capaz de ofrecer su trabajo a un número indeterminado de personas a través de las retransmisiones por televisión. Es decir, un futbolista es capaz de ofrecer sus servicios simultáneamente a un número mayor de personas de lo que un fontanero sería capaz (resulta inviable arreglar 100 grifos a la vez).
Esta primera idea expuesta sobre el número de personas que se “ve satisfecha” por bienes y servicios ofrecidos por una persona es condición necesaria, pero no suficiente; la condición suficiente para entender por qué los futbolistas con mayor talento cobran tanto radica en el hecho de que son “recursos escasos”. Una gran cantidad de personas pueden optar y prepararse unas oposiciones, por ejemplo, para técnico de control de aguas potables. Pero jugar como Messi o CR9 es otra historia: aun existiendo gente que se entrene durante muchos años, puede que ni lleguen a la mitad de su juego.
Se puede pensar que hay deportes como el baloncesto, con gente realmente muy buena en nuestro país, y cuyos partidos son seguidos por muchos aficionados, pero cuyas estrellas no llegan a ser compradas por los famosos 94 millones de euros. La puntilla que explica el “excesivo” desembolso realizado por clubes como el Real Madrid o el Barcelona es que en España el fútbol es un espectáculo de masas, que consigue atraer a decenas de miles de seguidores a los campos o a las pantallas todos los domingos, dispuestos a comprarse las camisetas de sus ídolos, todo ellos por precios nada módicos.
P.D; Me gustaría agradecer la colaboración en la elaboración de este post a Raúl Bajo (www.raulbajo.blogspot.com)